La sudadera siempre ha sido una prenda relegada a aquellos looks en los que lo último que nos importaba era ir a la moda. Era el mejor compañero de unos pantalones de chándal y no sabíamos darle otro uso. Eso era antes. Esta temporada otoño-invierno si hay una prenda que se ha visto en pasarelas y calle con mucha fuerza, es sin duda, la sudadera.
Hay tantos diseños de sudaderas como de camisetas, ya que ambas son prendas básicas, con un coste de producción muy reducido. Esta cuestión provoca que haya, por suerte para nosotras, multitud de sudaderas. Sin embargo, para poder identificar de manera más sencilla cual va con nuestra personalidad podemos dividirlas en tres grandes grupos: las arregladas, las de frases y las básicas.
Las sudaderas que pertenecen al grupo de arregladas vienen perfectas cuando lo que pretendemos es precisamente eso, ir cómodas pero sin resultar demasiado casual. ¿Cómo es esto posible con una sudadera? Normalmente las identificamos porque estas tienen algo de brillo, o posiblemente algún que otro aplique o detalle de encaje que la haga más especial de lo normal. En este caso es bastante fácil encontrarlas en tiendas como Zara o Mango. Para acertar seguro podemos llevarlas con una falda de cuero. Así, la combinación de texturas y estilos no llevará a acertar seguro.
En el segundo grupo encontramos las sudaderas con frases. Estas siguen la misma finalidad que las camisetas con mensaje pero con la suerte de ir algo más abrigadas para esta época. Este grupo es sin duda el que más triunfa entre las chicas, posiblemente porque hay una gran variedad y el precio, sin duda, acompaña. Las más populares de la temporada son la de Kenzo, entre las it del mundo de la moda, y la de Paris Boutique entre la blogosfera.
Las que no podían faltar en este grupo son las sudaderas tal y como las conocemos. Las que no tienen ni dibujo, ni nada por el estilo, sino que la única característica que las diferencia a unas de otras es el color. Lo mejor de ellas es que podemos darle mil y un usos y cuando se deje de llevar, podemos ponérnosla de nuevo como compañero del pantalón de chándal.