Brillo por aquí, brillo por allá, una de las tendencias protagonistas de este otoño-invierno no solo para la noche sino también para el día es el glitter. Y eso que hasta hace poco solo podíamos incorporarlos para looks nocturnos. Este año, el día también brilla gracias a esta moda que se ha extendido a vestidos, blusas, shorts e incluso medias. Pero, ¿Cómo llevarlo para cada ocasión?
En cuanto al día, la mejor opción es hacerlo de forma muy discreta. Evitar en todo momento llevar un vestido de lentejuelas para un look de oficina, no solo resulta inapropiado sino que además podemos pecar de excesivas. Para triunfar con esta tendencia en looks de día, las prendas que mejor se adaptan al horario diurno son cualquier calzado plano con tendencia glitter y accesorios de cualquier tipo, desde unos discretos pendientes hasta una cartera, lo importante para que el outfit quede bien con el glitter es combinarlo con prendas realmente informales.
Si usamos una prenda glitter para diario, el resto del look estará formado por otras más básicas. Así siempre iremos perfectas. En looks nocturnos, todo vale, pero dentro de unos límites. Es cierto que cualquier prenda con glitter es apta y a diferencia del día, no hay ninguna que quede inadecuada. Ahora bien, eso no significa que podamos ponernos toda la brillantina junta y que quede bien porque no será así. Lo mejor es apostar por una prenda glitter, ya sea un vestido, unos pantalones, una chaqueta, y dejar que esta llame la atención sobre el resto. Las demás prendas o accesorios que incorporemos al look serán sencillas porque el glitter ya tiene demasiada personalidad como para incluir otras en la misma línea.
El truco para triunfar en un look nocturno es no llevar varias prendas con glitter sino una única. En este pequeño detalle está la diferencia entre ir sofisticadas o no. Tanto si nos vestimos para el día como si lo hacemos para la noche, los brillos son sin duda la tendencia otoño-invierno más llamativa. Ya no solo con motivo de las navidades, el brillo es apto para todas las ocasiones. ¡A brillar!
