Mañana el mundo despertará conociendo el nombre de los premiados en la 85ª ceremonia de entrega de los premios de cine más prestigiosos del mundo. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense, como en las demás ocasiones anteriores, no ha reparado en gastos en la preparación de esta edición de los premios Oscar. Y no es para menos: la recaudación de la 84ª edición de los premios recaudó casi 90 millones de dólares (unos 68 millones de euros), una cifra astronómica que merece ser estudiada con un poco de detenimiento.
En 2012, la ceremonia costó 29 millones de euros de los cuales más de 16 millones se destinaron a sufragar los gastos de escenificación. Caché de presentadores y presentadoras, estatuillas (unos 700 euros cada pieza de bronce) y la ansiada alfombra roja (con un coste cercano a los 13 euros el metro cuadrado), la más importante pasarela apócrifa de la moda internacional sobre la que pasearán los vestidos y los complementos más cotizados del mundo son algunos de los gastos más importantes reportados cada año en la columna del deber de las cuentas de la Academia.
Ya tendremos oportunidad esta semana de repasar con detalles qué nos ha ofrecido esta edición de los Oscar. De momento, los que hoy sufriremos insomnio atentos a la pantalla para no perder detalle de la celebración, acompañaremos un café cargado con los mejores deseos para uno de los diseñadores de moda más humildes y honestos del panorama internacional: Paco Delgado.
Paco Delgado llega a los Oscar nominado al premio a mejor vestuario por el magnífico trabajo realizado en Los Miserables. Más de 4.000 extras pasaron por sus manos durante el rodaje de la superproducción británica inspirada en la novela homónima de Victor Hugo. Pero su ingente trabajo, recompensado primero en los Goya, con el premio al mejor diseño de vestuario por su trabajo en Blancanieves, y ahora con su candidatura al Oscar no empieza aquí.
Canario de nacimiento, oriundo de Lanzarote, ha sido el compañero recurrente de Almodóvar y Álex de la Iglesia en numerosas ocasiones. Ha compartido espacio con Jean Paul Gaultier y otros grandes de la moda y en Chueca, sede de su tienda madrileña, conocen desde hace tiempo su trabajo y, lo que es más importante, su carácter cercano y alejado de grandilocuencias y altivezas.
En la línea de salida, pocas horas antes de asistir a una ceremonia de los Oscar que, como las demás, darán mucho que hablar, queremos compartir con Paco Delgado el nerviosismo propio de los momentos previos y, desde aquí, transmitirle los mejores deseos. ¡Mucha suerte, Paco!