Si estamos de acuerdo en que saber elegir bien un tipo de corbata para cada situación es importante, es de suponer que también coincidiremos al decir que una corbata, sin su nudo, es poco más que un trozo de tela suave. O peor aún: que una corbata, con un mal nudo, es poco menos que un ataque directo al buen gusto.
Con un mal nudo no sólo me refiero a un nudo mal hecho. Todos, en algún momento, hemos tenido que aprender y si no somos capaces de perdonarnos los unos a los otros en nuestros periodos de aprendizaje, muy mal vamos. Así que no, no es sólo eso. Un mal nudo de corbata es, sobretodo, un nudo mal escogido. Por eso es tan importante que sepamos distinguir, al menos, cuáles son los principales nudos de corbata y en qué ocasiones se acostumbra a usarlos, con qué tipo de ropa combinan mejor y con qué corbatas pueden practicarse cada uno de ellos (o con cuáles deberían estar prohibidos).
No es ningún secreto que las corbatas dicen mucho de nosotros. Hablan por uno mismo mucho antes de que se articule la palabra, y establecen las normas no escritas de una relación a partir del primer contacto visual con nuestro interlocutor. El color, la forma y el material de la corbata son también importantes, pero de ellos nos ocuparemos en otro post.
Para simplificar el tema nos centraremos básicamente en tres tipos de nudos de corbata. Cada cual, a su turno, tiene posibilidades casi infinitas y variantes incontables, que no detallaremos aquí. Pero ojo: en cuestión de nudos no todo vale.
En primer lugar está el nudo simple. Como su nombre indica, es el más sencillo de los tres nudos clásicos. Usaremos este nudo en corbatas con cuerpo, cuanto más gruesas mejor. La lana tejida es una buena amante de este tipo de nudos, informales y asimétricos, pero a la vez con un aire clásico que combinan perfectamente con casi cualquier tipo de camisa. No obstante, daremos preferencia a las camisas con cuello abierto y estrecho, de tipo inglés, o de cuello medio (de tipo francés). Al nudo simple también se le conoce por nudo americano o Four in Hand, nombres que en realidad designan pequeñas variaciones del nudo simple original pero que podemos perfectamente tomar como sinónimos.
Una variable bastante típica del nudo simple es el nudo doble simple, también llamado nudo Victoria. Consiste en un nudo simple al que damos una vuelta más, con lo que ganamos robustez y volumen en el nudo. Eso nos obliga a usarlo en corbatas finas y sobre camisas de cuello abierto. Y, sobretodo, no lo apretéis: llevadlo siempre un poco suelto.
El nudo doble es el segundo gran tipo de nudos de corbata con el que nos enfrentamos. Se trata de un nudo sólo al alcance de manos expertas. Lo conoceréis más por sus otras denominaciones: nudo Windsor, nudo inglés…
Además de su complicación formal el nudo Windsor, el más clásico y formal de los tres, requiere de corbatas finas y de cierta holgura, de un anudado firme pero no demasiado apretado para que adopte su forma triangular característica.
Por último, nos queda comentar el Half Windsor, semejante al nudo Windsor pero con una pequeña holgura o cavidad central, que confiere más volumen al nudo. Por eso, como ocurre con el nudo Victoria, se evita en las corbatas gruesas para obtener un resultado semejante al nudo inglés, sin excesivas prominencias. Es especialmente adecuado en corbatas finas y estrechas, cuellos abiertos y para aquellas ocasiones serias y formales que puedan derivar en situaciones más relajadas y de ambiente algo informal.
Quedan por comentar algunas variantes importantes y nudos de nuevo cuño, como el Saint Andrew, el de longitud especial, el nudo en diagonal, como el italiano, los nudos e corte oriental o los de tipo mariposa y pajarita. Pero, como sucede con la arena, estos ya son nudos de otro costal. Así que lo dejo en vuestras manos: si os interesa, los repasaremos en algún otro momento.