Que la familia de Mónaco es bastante elegante lo sabemos todos y dentro de esa elegancia hay algunos nombres propios que destacan por sí solos. Es el caso de Pierre Casiraghi, a quien es difícil ver en fotografías vestido de manera informal. La corbata forma parte de su atuendo habitual, hasta para las ocasiones más cotidianas o para disfrutar de los deportes como espectador.
En sus múltiples bodas con Beatrice Borromeo lo hemos visto lucir sendos chaqués que le quedaban como anillo al dedo. Y es que este joven de la realeza monegasca sabe cómo sacar partido al traje. Eso, desde luego, que lo hace como nadie. En su primera boda, un chaqué en color gris claro, perfecto para un evento veraniego que, además, iba en consonancia absoluta con el vestido en tono cuarzo de su ya esposa. Desde luego, una pareja de guapos.
Después vino la boda por la iglesia de los Casiraghi Borromeo y el joven supo lucir un chaqué perfecto. De un negro extremadamente elegante, con pajarita y chaleco en color claro, Pierre Casiraghi estuvo a la altura de la ceremonia y de las expectativas. Está claro que la pareja supo cómo sacar el máximo partido a sus looks bridal.
Pierre Casiraghi y la corbata
En pocas ocasiones hemos podido ver al joven Pierre Casiraghi vestido de forma muy informal. Obviamente, disfrutando de la playa junto a su mujer, las imágenes en bañador se sucedieron en todas las revistas de postín. Pero esto es algo normal, raro sería verlo en la playa con la elegancia que le caracteriza. Un sencillo bañador azul cielo con una camiseta blanca básica fue más que suficiente para disfrutar de una jornada de sol.
En alguna otra ocasión, el pantalón vaquero y la camisa sencilla se han apoderado del estilismo del joven Casiraghi. Eso sí, siempre combinando sus looks más informales con una chaqueta americana o blazer. Desde luego, que no tiene ese espíritu rebelde que caracteriza a Andrea Casiraghi.
Como podemos ver, los pantalones tipo chinos, la camisa y la corbata son parte de sus atuendos más socorridos. Pierre Casiraghi suele recurrir a este tipo de estilismos para sus actos oficiales, pero también para dedicar tiempo al ocio, la cultura y a asistir, como espectador, a los eventos deportivos más característicos de Mónaco, como las carreras de fórmula 1. Por norma general, su mujer va en consonancia absoluta con los estilismos elegidos por el joven de la casa de Mónaco, quien sabe cómo disfrutar de esa elegancia efímera e informal que solo unos pocos son capaces de sacar a la luz.