Aquí hemos hablado, durante todo el año, de un buen número de técnicas de maquillaje y belleza novedosas. La realidad es que todas ellas apuestan por el gerundio para salir a la luz. Y es que hemos podido comprobar cómo se realiza un buen contouring, un strobing o un baking. La verdad es que no se trata de tendencias tan sumamente nuevas, porque los maquilladores profesionales llevaban infinidad de años realizándolas, pero ahora les han puesto nombres perfectos para que nos centremos en ellas como si fueran novedades del momento. Pues en este entorno surge el layering.
El layering es simplemente una técnica de belleza que lleva muchísimo tiempo arrasando entre las mujeres asiáticas. Y ahora ha llegado hasta occidente para que podamos entender los secretos mejor guardados de la belleza asiática. De aquella zona ya recibimos hace años a las BB creams y ahora, nos enseñan cómo cuidar la piel de la forma más adecuada apostando por el uso de diferentes serums de tratamiento.
¿Cómo funciona el layering?
Vamos a ver cuáles son las bases del layering, porque la realidad es que hay que conocer bien su funcionamiento y normas de aplicación si queremos obtener los resultados deseados. La técnica se basa en colocar diferentes aceites faciales o serums en una misma rutina de belleza para potenciar todos los efectos y propiedades de cada uno de ellos. Los expertos en belleza y cosmética aconsejan no usar más de tres tratamientos en cada rutina para conseguir que la técnica se potencie de verdad.
El layering hay que realizarlo dos veces al día. Una vez con la rutina facial de la mañana y otra vez con la rutina facial nocturna. Lo cierto es que es un poco complicado porque tenemos que aplicar muchos productos, pero dicen que los resultados son maravillosos. En primer lugar, y con la piel bien limpia, tendremos que aplicar el contorno de ojos. Tras esto se comienza con la aplicación de los aceites o serums.
Siempre hay que dejar secar el serum que se ha aplicado para ponernos el siguiente. Normalmente con 15 ó 20 segundos entre uno y otro será más que suficiente. Eso sí, hay que prestar atención a la textura de los productos, ya que siempre habría que empezar por el más ligero para terminar con el más untuoso. También hay que pensar qué es lo que queremos potenciar, ya que la técnica dice que la aplicación de los aceites faciales debe ir en función de las necesidades propias de cada persona.
Al terminar con la aplicación de todos los productos de tratamiento es muy importante poner una buena crema hidratante facial que se encargue de sellar perfectamente la piel y mantener los principios activos de todos los productos en su sitio. Y así se finaliza la rutina facial aplicando las normas del layering.
