Siguiendo con la importancia de los colores en la psicología de la comunicación, veamos ahora con detalle qué colores son los predilectos para las corbatas, dónde se utilizan más frecuentemente, por quién, en qué momentos y por qué.
Empezaremos por los más habituales y en cierto modo, también, los más clásicos en el mundo de las corbatas: el azul y el negro, dos colores sobre los que centraremos la atención y nos extenderemos en este segundo post.
De todos los colores posibles, uno de los más habituales y utilizados en todo el mundo es el azul. Desde las tonalidades más celestes hasta los marinos, el azul es el color de corbata más popular y usado en cualquier lugar o situación: combina con una gran cantidad de estilos y piezas, es muy versátil y se adapta fácilmente a distintas situaciones, denota seriedad y a la vez no desentona en ambientes informales…
Por muchos motivos, las corbatas azules son las más vendidas en todo el mundo, aunque el peso de la influencia anglosajona (en los países anglosajones es donde más se usa el olor azul en las corbatas) ha tenido una importancia crucial en ello. El azul evoca el mar y el cielo, dos fuentes de inspiración inagotables, dos territorios aún hoy casi inexplorados que despiertan interés, curiosidad y, a la vez, transmiten calma, tranquilidad, serenidad y sosiego. Tradicionalmente se ha asociado al azul con la inmensidad, con lo divino, con la eternidad, con un mundo ajeno y superior, distante y distinto al de los mortales. No es extraño, pues, que el azul sea uno de los colores reinantes entre las corbatas.
Otro color ampliamente usado es el negro. Sí, sí, el negro. Aunque algunos penséis que es un color poco recomendable para según qué ocasiones, las cifras lo desmienten. Fijaos sólo en un detalle: ¿De qué color son la mayoría de pajaritas y corbatas para lazos? La respuesta es clara y evidente: negro. El negro es un color ideal para cualquier situación y combina perfectamente con una gran cantidad de piezas, complementos y estilos.
Al contrario de lo que podáis pensar, una corbata negra no sólo es apta para entierros y ceremonias fúnebres; puede denotar alegría, carácter y dinamismo, siempre dependiendo de las características de la corbata. El negro es un color que cabalga entre la neutralidad y la afirmación de uno mismo; si se porta con estilo y seguridad, es una apuesta fácil y segura en casi cualquier contexto. No obstante, la corbata negra debe ser fina y preferentemente lisa, de textura suave y lo menos rígida posible. Cualquier sensación de volumen conferiría a nuestro aspecto una gravedad que no siempre nos interesará mostrar, a no ser que seamos empleados de una funeraria o militares de las fuerzas aéreas navales.
Actualmente el azul y el negro son los dos colores predilectos de los corbateros; no es casualidad: son los colores que más ventas acarrean sobre sus espaldas. Cada uno con sus propias peculiaridades, requisitos y utilidades pero, sin duda, en los primeros puestos de los colores para corbatas, algo por lo que merecían ser los protagonistas exclusivos de este segundo post sobre la cuestión.
