Aunque el contouring se ha puesto de moda últimamente, en realidad es una técnica de maquillaje muy conocida en el mundo profesional, sobre todo el vinculado con el maquillaje para teatro o TV.
El contouring consiste básicamente en definir las facciones de la cara mediante el uso de luces y sobras, creando un efecto óptico realmente favorecedor. Así como todas sabemos que la ropa de color negro adelgaza y la blanca engorda, con el contouring sucede exactamente lo mismo, por eso se utilizan polvos más oscuros para afinar y marcar determinadas áreas de la cara y más claros para dar volumen.
Cómo aplicar el contouring
Polvos oscuros
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la técnica se lleva a cabo una vez hemos aplicado nuestra base de maquillaje habitual. Una vez aplicada comenzaremos usando el tono más oscuro, por lo general marrón, que puede ser en formato polvos, crema, etc. Personalmente prefiero el de polvos porque la clave del contouring como veréis después está en saber difuminarlo, y para eso los polvos son mucho mejores.
Tendremos que aplicar el tono oscuro justo debajo de las mejillas, desde casi el final de la oreja hacia la boca. No el la zona donde ponemos el colorete, en la manzanita, sino por debajo y más en línea recta que de forma circular. Un truco para saber donde aplicarlo es poniendo la cara que ponemos cuando imitamos a un pez, si hacemos este gesto se hundirá un área cerca de la boca, que delimita justo donde debemos aplicar el polvo.
Después aplicaremos el color oscuro en las sienes, esto creará un efecto óptico que las hundirá un poco definiendo el rostro. También en el nacimiento del cabello es un área donde ponerlo.
Si tenemos una nariz ancha y queremos que parezca más alargada y sobre todo delgada, pondremos polvos oscuros en los laterales de la nariz, bajando en línea desde la ceja hasta la base de la nariz. En este caso utilizad una brocha fina para dar más precisión. Si tenemos la suerte de tener una nariz estupenda, nos saltamos este paso. En la barbilla también podemos poner un poco si la tenemos muy prominente, así se disimulará y acortará.
Polvos claros o iluminador
Ahora vamos con las áreas a las que queremos dar volumen. Deberemos aplicar el tono claro en la parte superior de las mejillas, justo por encima del lugar donde aplicaríamos el colorete. También en el entrecejo y en el arco de las cejas, para dar luminosidad a la mirada. Si hemos delineado con el tono oscuro la nariz, deberemos utilizar el tono claro para la parte frontal de la nariz. Por último daremos un toque en la parte superior e inferior de nuestros labios, justo en el medio, esto los hará parecer más voluminosos.
La clave de todo: difuminar
Y ¡atención! Ahora llega la parte clave de un buen contouring: difuminar. Debemos mezclar y difuminar todo el trabajo que hemos hecho de forma concienzuda porque esa es la manera de obtener un acabo natural que pase desapercibido y haga parecer que esa es la forma real de nuestro rostro.
Cuando hayamos difuminado correctamente seguimos con nuestro ritual habitual de maquillaje, es decir, nos maquillamos los ojos, utilizamos colorete, nos pintamos los labios, etc.
La verdad es que las diferencias de un rostro maquillado con contouring y otro maquillado también pero sin usar esta técnica previamente, son notorias. El contouring favorece muchísimo y saca partido a nuestras facciones y las moldea.., ¿os atrevéis?