Entre los hombres que marcan tendencias actualmente, Pierre Casiraghi es uno de los más aristocráticos y representativos de lo que se ha tenido a bien denominar It Boys, los hombres de moda en los que se fijan las nuevas tendencias.
De entre todos los It Boy del planeta, Casiraghi es uno de los más apasionados por las corbatas. Casi siempre luciendo una corbata, la mayoría de las veces corbatas finas o estrechas, Casiraghi salta a la palestra pública no por sus méritos personales o profesionales sino por su ascendencia, íntimamente entroncada con la monarquía del Principado de Mónaco.
Casiraghi nació en 1987 de la unión entre Carolina de Mónaco, princesa de Hannover y heredera de la corona del principado, y su segundo marido, Stefano Casiraghi. Así, Pierre es el tercero en la línea sucesoria de la monarquía monaguesca, después de Carolina, su madre, y de su hermano mayor, Andrea. La ley sálica permite que Pierre pase por delante de su hermana Charlotte en la línea de sucesión al trono.
El nombre completo de este auténtico príncipe de la moda es Pierre Rainier Stefano Casiraghi, dejando claro el peso y la influencia que su abuelo Rainiero, príncipe de Mónaco casado con la famosísima actriz Grace Kelly, ejerció sobre la familia y también, dicho sea de paso, sobre el joven Pierre.
Algunos pensaréis que es propio de la monarquía, de hecho es su obligación, vestir elegantemente en todo momento y en cualquier situación. Y sí, tenéis toda la razón del mundo. Pero el caso de Pierre es especial. Ya desde muy joven algunos comentaristas expertos destacaban el porte y la naturalidad con los que el pequeño Pierre vestía, haciendo sobretodo incidencia en su habitual corbata, un complemento que desde muy joven acompaña al príncipe en repetidas ocasiones.
No es de extrañar, pues, que con los años este reconocimiento se haya popularizado y hoy, Pierre, sea considerado como uno de los mejores embajadores de la moda allá donde sea que vaya. Siempre acompañado por sus fieles corbatas, Pierre ha contribuido enormemente a la normalización del uso de corbatas finas y estrechas en actos solemnes y en eventos de la más alta formalidad. El protocolo principesco, gracias a él, se ha visto obligado a incorporar entre sus notas el uso de la corabata fina. Sí o sí, debemos aceptar que Pierre Casiraghi se ha ganado a pulso su título; no el de príncipe, claro está, pero sí el de It Boy con mayúsculas.